Resumen del cuento: Lucía, una intrépida niña, y su gato robot, Pixel, emprenden una misión por el espacio para desviar un asteroide que amenaza su planeta. A lo largo de su viaje, descubren nuevos mundos, hacen amigos intergalácticos y aprenden sobre la importancia del trabajo en equipo y la valentía.
El cuento de «La Aventura Espacial de Lucía y su Gato Robot» comienza con…
Érase una vez, en un pequeño pueblo rodeado de montañas y estrellas, una niña llamada Lucía que soñaba con ser astronauta. En su habitación, llena de planetas y cohetes, vivía también su mejor amigo, Pixel, un gato robot que su abuelo le había regalado.
Una noche, mientras observaban las estrellas a través de su telescopio, un noticiero intergaláctico anunció una noticia alarmante: un asteroide gigante se dirigía hacia su planeta. Lucía, decidida a salvar su hogar, convenció a Pixel de construir un cohete espacial con cajas de cartón, tubos de plástico y mucha imaginación.
Al amanecer, con sus trajes espaciales hechos de tela y cascos de bicicleta, Lucía y Pixel se subieron a su cohete y comenzaron su aventura espacial. Después de un despegue lleno de risas y emoción, llegaron al espacio, donde las estrellas brillaban más fuerte y los planetas los saludaban en su camino.
Su primera parada fue la Luna, donde hicieron un picnic con queso y galletas. Allí, conocieron a Luna, una amable extraterrestre que les enseñó a bailar el vals lunar. Luna les advirtió sobre los peligros del asteroide y les dio un mapa estelar para encontrar a Zax, un inventor que vivía en Marte y tenía el conocimiento para desviar asteroides.
Agradecidos, Lucía y Pixel se despidieron de Luna y viajaron a Marte, donde encontraron a Zax trabajando en su laboratorio. Zax les explicó que necesitaban un cristal de energía de la galaxia de Andrómeda para potenciar el dispositivo que desviaría el asteroide. Sin perder tiempo, los tres amigos se embarcaron hacia Andrómeda, enfrentando campos de asteroides y tormentas solares.
En Andrómeda, después de ayudar a una civilización de estrellas a recuperar su luz, fueron recompensados con el cristal de energía. Con el cristal en mano, regresaron a la Tierra, donde Zax instaló el dispositivo en el cohete. Juntos, dirigieron el dispositivo hacia el asteroide y, con un destello de luz, el asteroide cambió de curso, alejándose del planeta.
La hazaña de Lucía y Pixel se celebró en todo el mundo. Habían demostrado que con valentía, imaginación y la ayuda de nuevos amigos, incluso los desafíos más grandes podían superarse.
Y colorín colorado, esta aventura espacial se ha acabado.
Moraleja: Enfrentar los desafíos con valentía y trabajar en equipo nos lleva a lograr grandes cosas.