Resumen del cuento: Este cuento entrelaza las historias de varios personajes que, al enfrentarse a desafíos personales y sociales, descubren el poder liberador y afirmativo de las palabras «Yo Soy». A través de sus viajes, aprenden a aceptarse y celebrar su identidad, promoviendo un mensaje de inclusión, amor propio y respeto por la diversidad.
El cuento comienza con…
Érase una vez, en un lugar no muy distinto al nuestro, un pueblo llamado Arcoiris. En Arcoiris, cada persona tenía una historia única, pero todos compartían algo en común: la búsqueda de aceptarse tal como eran.
La primera historia nos lleva a conocer a Lucas, un joven que amaba bailar. Lucas se sentía libre y feliz cada vez que bailaba, pero en su escuela, algunos se burlaban de él. Un día, mientras practicaba en el parque, una anciana se le acercó y le dijo: «Nunca olvides el poder de las palabras ‘Yo Soy’. Ellas definen quién eres realmente, no lo que otros dicen de ti». Lucas sonrió, lleno de nueva confianza, y afirmó: «Yo soy bailarín». Desde ese día, bailó sin miedo, inspirando a otros a seguir sus pasiones.
La siguiente historia es sobre Valeria, una chica que dibujaba mundos coloridos donde todos eran bienvenidos. Valeria soñaba con ser artista, pero dudaba de su talento. Un día, encontró un mural comunitario buscando artistas. Recordando las palabras de Lucas sobre el poder de «Yo Soy», tomó sus pinceles y pintó un mural vibrante que celebraba la diversidad. Al terminar, exclamó: «Yo soy artista». Su mural se convirtió en un símbolo de orgullo en Arcoiris, demostrando que el arte puede unir corazones.
Por último, conocemos a Gabriel, un niño que temía expresar sus sentimientos por otro chico de su clase. Un atardecer, mientras reflexionaba junto al mural de Valeria, Lucas se le acercó. Compartiendo su propia experiencia, Lucas ayudó a Gabriel a ver que el amor propio y la honestidad eran lo más importante. Con lágrimas en los ojos, Gabriel se paró frente al mural y dijo: «Yo soy amor». Al día siguiente, con valentía, compartió sus sentimientos, encontrando no solo aceptación sino también amor a cambio.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
Moraleja: Aceptar y afirmar quiénes somos es el primer paso hacia la libertad y la felicidad. En nuestras diferencias, encontramos nuestra fuerza.